A los ojos de un ingeniero (biomédico, de sistemas, electrónico, químico, etc..) la vida puede ser más que una sucesión de eventos generados por causas que en ocasiones parecen no tener lógica. Si se toma en cuenta que una acción es el resultado de una serie de condiciones que convergen en un cierto momento (consideraciones más, consideraciones menos), es posible aproximar la toma de decisiones con la teoría de sistemas.
De esta forma, una decisión es la salida de un sistema cuya entrada consiste en la serie de elementos necesarios que definen la situación o el problema sobre el cuál decidir. Para un sistema lineal e invariante al corrimiento (considerando un sistema discreto) la toma de la decisión se haría con base en la relación que guardan los elementos participantes, en otras palabras, en la función de transferencia; si bien se sabe que ninguna situación real, llámese señal biomédica o proceso clínico, se comporta de esta manera, la aproximación puede considerarse como válida dado que existe una relación entre entradas y salidas. De tal manera, el desarrollo de herramientas que coadyuven a la toma de decisiones se resume en la obtención de la función de transferencia.
Enfocándonos en la función de transferencia, encontrar la relación entre la entrada y la salida requiere de estrategias que van más allá del análisis en frecuencia. Si se considera que un evento tiene impacto sobre otros y que además cada evento es limitado en duración, la toma de decisiones en ingeniería biomédica hospitalaria tendrá que considerar todos los aspectos involucrados tanto de manera aislada como en relación entre sí.
Por ejemplo, la adquisición de una nueva tecnología deberá analizarse bajo diferentes ángulos como el clínico, el económico, el tecnológico o el del impacto en la sociedad; asimismo se contemplarán las relaciones entre estos ámbitos por pares, triadas, cuartetas, etc., a fin de entender la situación y formular correctamente el problema a resolver. En este sentido el “problema a resolver” se concreta a plantear estos puntos en términos de variables medibles para obtener la evidencia que sustente la solución.
Con respecto a la salida del sistema, dentro de este contexto el objetivo es obtener la información que se convierta en la evidencia capaz de generar diferentes soluciones, las cuales se valorarán en función de criterios acordes a los objetivos que se persiguen.
Este planteamiento sugiere que como primer paso se establezcan los objetivos que se quieren alcanzar a fin de determinar las condiciones que matizarán la situación a analizar; esta tarea no resulta fácil si se toma en cuenta que en numerosas ocasiones estos objetivos están contrapuestos entre sí (el costo de la tecnología vs el beneficio que traería). La estrategia más adecuada será generar un conjunto de soluciones evaluadas en términos de sus ventajas y limitaciones, así como de su vigencia.
Bajo esta perspectiva se puede decir que:
- La toma de decisiones es un proceso complejo.
- Primero se debe plantear el problema a resolver.
- No existe “la solución” a un problema; se pueden generar soluciones que resuelvan el problema desde diferentes perspectivas.
- Entre más integral sea el análisis, las soluciones propuestas tendrán una mayor probabilidad de resolver el problema.
- Se abre un campo para la investigación de métodos que coadyuven a la toma de decisiones donde herramientas de aprendizaje maquinal pueden ofrecer interesantes opciones.